domingo, 6 de junio de 2010

II. Equipaje de mano

Era lunes, el primer lunes de vacaciones. Hay que remarcar que sea el primer día sin trabajo pues lo saboreas cosa mala. Miras el despertador sin pánico, consciente que puedes permitirte el lujo de levantare a cualquier hora y así lo hice. Me conecté a la prensa online para ver cuan jodido estaba el mundo. La respuesta ya la sabía con antelación. Muy jodido, y en esta piel de toro llamada España, peor. Decidí dejar de leer las noticias para no deprimirme y con los primeros acordes de Fade To Black de Metallica me fui a la ducha. Tal y como salí de ella volvía estar empapado de sudor. El verano es una estación tan tediosa que más de una vez me he planteado ir a vivir al congelador. En serio, creo que debe de ser un lujazo…claro que puedes acabar como Walt Disney, pero eso ya es otro cantar.
Miré el calendario, en vacaciones nunca te enteras en que día vives, yo por lo menos, y la sorpresa fue más que considerable al darme cuenta de que en menos de una semana me iba de crucero a Hawai.

Perdí la cuenta de las veces que repasé la lista del equipaje. No me podía faltar de nada, no debía.